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Jesuitas en la Universidad Complutense de Alcalá de Henares

Universidad1El empeño del cardenal Cisneros en fundar una nueva Universidad, llamada Complutense, en Alcalá de Henares, que comenzó en 1508, cambió la faz de esta pequeña villa poco conocida hasta ese momento. El planteamiento de estudios que elaboró el cardenal Cisneros para la nueva Universidad la convirtió en un lugar avanzado del saber de su tiempo, con una mentalidad renovada, antes incluso que apareciera la reforma luterana o el influjo humanista de Erasmo. En esta línea hay que enmarcar la aparición dela Biblia Políglota (traducida simultáneamente al hebreo, griego y latín) en 1517 en la Universidad de Alcalá, que fue señal de la ampliación del interés intelectual y de su ruptura con la tradición medieval. Esta nueva concepción de Universidad atrajo a muchos jesuitas que como su propio fundador Ignacio, vinieron a Alcalá para desarrollar un espíritu humanista. No obstante, los jesuitas podían estudiar en la Universidad cisneriana pero, de ninguna manera, pudieron ser profesores de la Universidad hasta finales del s. XVI. Tras largas discusiones en la Universidad de Alcalá, que veía faltar a buena parte del alumnado por coincidir con clases impartidas por miembros de la Compañía en los Colegios menores, se concedió a la Compañía lo que se conocía como “general y hora” para enseñar teología, que consistía en dejar un aula en la Universidad y fijar unas horas determinadas para que determinados maestros jesuitas, es decir, sólo unos pocos jesuitas, pudieran dar sus lecciones en la Universidad. Esto reflejaba la importancia que iba adquiriendo la Compañía en la ciudad y en el ambiente universitario. Pero no fue hasta el siglo XVII que este privilegio se extendió a toda la Compañía de Jesús, y no sólo a los teólogos jesuitas más célebres. 

Universidad2La principal sede de la Universidad fue el Colegio Mayor de San Ildefonso, que se convirtió en la cabeza de un sistema de otros Colegios menores, complementarios, repartidos por toda Alcalá. En este edificio se aúnan elementos de los siglos XVI y XVII; del renacimiento y del barroco. La impresionante fachada (foto 1) es de estilo plateresco, concluyendo sus obras en 1553. Toda la fachada, dividida en tres cuerpos, narra la historia del camino hacia el conocimiento; en la parte inferior aparecen los cuatro padres de la Iglesia en los medallones que simbolizan la base de la sabiduría; en el segundo piso, donde se situaba el balcón de la Biblioteca, el cual se halla flanqueado por titanes y guerreros que representan el esfuerzo que requiere el aprendizaje; y en la parte superior se encuentra el escudo del emperador Carlos V, simbolizando el poder terrenal rodeado de las figuras de Perseo y Atenea, quienes en la mitología clásica vencen la ignorancia y acercan la luz del saber. Sobre el escudo imperial aparece la figura de Dios que bendice y es quien corona todo el conocimiento. En su interior, se aprecia el Patio Mayor de Escuelas (foto 2), que se inició en 1617 y se terminó en 1662, sobre planos del arquitecto Juan Gómez de Mora. Es de granito gris, su estilo es herreriano, con tres pisos de arquerías rematadas por un balaustre ornamentado con pirámides y bolas. En el centro del claustro se conserva un antiguo pozo con el escudo de los cisnes que aluden al apellido de Cisneros.

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