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La Semana Santa en Trapani

La fiesta de los Misterios de Trapani, que tiene lugar el Viernes Santo, se centra en la procesión de los grupos escultóricos en madera llevados a hombros que representan la pasión y muerte de Jesucristo. Organizada por los jesuitas a principios del siglo XVII imitando el modelo de las Casazze genovesas, es una manifestación típica del espíritu contrarreformista. Se trataba de explicar a la gente, al igual que se hacía con el Via Crucis, el mensaje del evangelio. La reafirmación de esta procesión, sin duda una de las más altas manifestaciones del gusto pedagógico y espectacular del Barroco, fue lenta y dificultosa.

En Trapani la ceremonia de los Misterios hoy en día está compuesta por 18 grupos escultóricos, cada uno de ellos asignado a una asociación artesana y cada uno seguida de su propia banda. La música de estas bandas, que marcan el movimiento al transportar sobre los hombros los grupos escultóricos de madera, contribuye con una melodía inquietante que acentúa el ritmo solemne de las marchas fúnebres para crear un escenario sugestivo, acompañado de cientos de antorchas, llevadas por los miembros de las cofradías religiosas, a menudo con capirotes. Los dos últimos grupos, que siguen a los 18 que narran los actos más destacados de la pasión y muerte de Jesucristo, estos son, el de la Urna del Cristo muerto y la Dolorosa, se revisten de un significado particular: reunificar en la fe a la ciudad, dividida en estamentos sociales separados. En particular, la estatua de la Virgen de los Dolores, originalmente llevada en procesión por las más altas autoridades de la ciudad, comenzó a representar, a finales del siglo pasado, a los gremios más humildes y a la población en general. Todavía hoy se reúnen los más pobres en torno a la estatua de la Dolorosa, y también las viudas devotas vestidas de negro, que tradicionalmente van descalzas. La gente común, aquellos que, en origen, no estaban organizados en gremios, encuentran su “lugar” en la procesión que representa, de manera ideal, la imagen que la ciudad tiene de sí misma.