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Barletta

BarlettaLos primeros testimonios de asentamientos en lo que después se denominó Barletta se remontan al IV siglo a.C. No lejos de allí se libró la batalla de Canne en el año 216 a.C., en la que el ejército romano fue derrotado por los cartagineses dirigidos por Aníbal. La importancia de la ciudad creció en los últimos siglos del Medievo, cuando se afianzó como bastión de los normandos y etapa fundamental en el camino de los soldados cruzados, y de todo el tráfico comercial hacia Tierra Santa. Bajo el emperador Federico II de Hohenstaufen, Barletta se convirtió en una de las ciudades más importantes del reino de Sicilia (que incluía entonces el sur del continente), y en ella el propio emperador había construido una de sus residencias. En la catedral de Barletta fue coronado, en 1459, el rey Fernando I de Aragón, aunque el evento más importante en la historia de la ciudad se produjo sólo a principios del siglo XVI. En el contexto de las guerras de Italia, que enfrentó a España y a Francia por el dominio de la península italiana, el “Desafío de Barletta” (13 de febrero 1503) vio el choque entre los caballeros italianos y franceses, y la consiguiente victoria de los primeros, al mando del capitán Ettore Fieramosca. Convertida en un bastión del poder español, Barletta fue saqueada por los franceses en 1528, iniciando así un período de decadencia que se prolongaría a lo largo de la edad moderna. La peste de 1656 y una larga serie de terremotos a caballo entre los siglos XVII y XVIII, redujeron a niveles mínimos históricos la población y la importancia político-económica de la ciudad.