Córdoba
Espléndida capital del reino musulmán en España y uno de los centros culturales más importantes de la Europa medieval, Córdoba no conoció tanta gloria en época moderna. Su falta de adhesión a la revuelta de los Comuneros, subrayó la lealtad a un joven monarca Carlos V. Durante el reinado de Felipe II, la ciudad sirvió como base de operaciones para sofocar la segunda rebelión de las Alpujarras, y a la vez, registró la llegada de algunos de los Moriscos expulsados del antiguo reino de Granada. El mismo Felipe II visitó la ciudad en 1570. Durante el reinado de su sucesor, fueron expulsados de Córdoba, a partir de febrero de 1610, más de 4.000 Moriscos. Con la llegada al trono de Felipe IV (1621) comenzó un largo período de crisis, resultado de las campañas militares masivas llevadas a cabo por la monarquía española y profusamente financiadas por la ciudad, con tropas y dinero, hasta después de la muerte de Carlos II (1700). Las guerras, las epidemias y el hambre también causaron una reducción drástica en la población.