Gian Lorenzo Bernini
Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) puede ser considerado como el máximo exponente del arte barroco en la Italia del siglo XVII. Nacido en Nápoles, se trasladó a Roma con sus padres en 1605. Su talento se manifestó ya con las cuatro estatuas de mármol, esculpidas entre 1619 y 1625, para el cardenal Scipione Borghese: Eneas y Anquises, El rapto de Proserpina, David y Apolo y Dafne, este último se convirtió en un verdadero símbolo del arte y de la cultura barroca. Bajo el pontificado de Urbano VIII (1623-1644), Bernini se convirtió en un artista de primer orden en el contexto romano, como lo demuestran las famosas obras que completó en la Basílica de San Pedro, como el baldaquino de bronce y la columnata elíptica. Entre las empresas arquitectónicas del artista destacan el Palazzo Barberini, el Palazzo di Montecitorio, el Palacio Chigi, y los proyectos para la construcción del Palacio del Louvre (Bernini fue a Francia en 1665). Son también suyas las famosas fuentes de la Piazza Navona y Piazza Barberini. Entre la producción escultórica sin fin, recordamos las tumbas de Urbano VIII y Alejandro VII, los retratos de Constanza Buonarelli y de Gabriele Fonseca, El éxtasis de Santa Teresa y la Beata Ludovica Albertoni.