El conservatorio de la Pietà dei Turchini
En 1573 se reunieron en la pequeña Iglesia de la Incoronatella, en la rúa Catalana, la actual vía Medina, numerosos vecinos de la zona para formar una cofradía, que, tras una devastadora hambruna, en 1583 se construyó un refugio que podría recoger y acoger niños abandonados o perdidos. En un principio los huérfanos fueron acogidos en dicha Iglesia de la Incoronatella, sin embargo, cuando aumentaron su número, fueron posteriormente trasladados a un edificio detrás de la iglesia que hoy lleva el nombre de la Pietà dei Turchini, en la vía Medina. Los niños iban vestidos de clérigos con la “sotana”, la “zamarra” y el “birrete” del color azul turquí. Adquirió el nombre oficial de la Cofradía de Santa María della Pietà después de la veneración de la estatua de Santa María della Pietà, y el nombre de Turchini por el color turquesa de su ropa. Es el único de los cuatro orfanatos napolitanos que desde el primer momento se presentó sólidamente organizado y mantuvo en el tiempo una rigurosa gestión económica y un régimen disciplinar, lo que le valió la protección en poco tiempo del rey de España Felipe III. Este hecho favoreció los legados y adquisiciones por parte de la clase noble de la ciudad. Gran importancia tuvo, no sólo el aspecto de la enseñanza, sino también la condición humana y el estado psicológico de los niños, tanto que acabó registrando un menor número de deserciones por parte de los más pequeños, mientras que se elevó el porcentaje de vocaciones sacerdotales. Las lecciones eran diseñadas de acuerdo con un cuidado y equilibrado calendario semanal. La organización de la escuela era muy precisa, como puede verse por la extraordinaria descripción que ha llegado hasta nosotros en el “Reglamento y los estatutos del Real Conservatorio della Pietà dei Turchini para ser observados por ministros, maestros, estudiantes y sirvientes”, redactado especialmente para la buena dirección de la institución. Con el desarrollo del melodrama se alcanzó la plena madurez del conservatorio, con el florecimiento de fervientes talentos (Francesco Provenzale, Nicola Fago, Leonardo Leo) que pone de relieve el periodo de máximo esplendor de la institución, y que marca el comienzo de una nueva era centrada en el teatro y el consiguiente cambio de costumbres. Entre los Maestros de Capilla del Conservatorio della Pietà dei Turchini destacan: Gennaro Ursino, Nicola Sala, Giacomo Tritto, Geronimo Abos, Pasquale Cafaro, además del ya mencionado Nicola Fago, Leonardo Leo y Francesco Provenzale.