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El conservatorio de Santa María de Loreto

Santa Maria di Loreto

En 1535 el maestro Francesco, un simple artesano, construyó una capilla cerca de la iglesia de Santa María di Loreto con el fin de ayudar y recoger limosnas para los pobres y huérfanos de ambos sexos. En 1537, Juan de Tapia, protonotario apostólico de nacionalidad española, movido por la iniciativa de Francesco constituyó un orfanato, que en 1560 fue transferido por el Gobierno de Nápoles a un lugar más grande, siempre cerca de Santa María di Loreto. A la dirección del instituto se colocaron seis gobernadores del pueblo de Nápoles, que eran elegidos cada año el último domingo de agosto (el día dedicado a la Virgen de Loreto) y uno de ellos asumía el cargo de Presidente del Sacro Consejo. Hay noticias de un maestro de capilla que sirvió en 1633 y, probablemente, en este mismo período se puede fechar la transformación del orfanato en un verdadero conservatorio, cuando, por primera vez en los registros contables aparecen los nombres de auténticos maestros profesionales que recibían un salario fijo: se trataba de un “maestro de capilla”, un “maestro de corneta” y un “maestro de los violines”. Además, desde 1644 en adelante, el instituto estuvo abierto a “los niños extranjeros internos”, que eran estudiantes no huérfanos que pagaban elevadas tarifas para continuar al menos seis años de cursos. En 1565, el orfanato fue confiado al cuidado de los Padres Somascos, que se ocuparon de la enseñanza de la gramática, la filosofía, la religión y la ciencia.

Fue el conservatorio más grande y frecuentado de Nápoles, como media cada diez años recibía a más de 1.500 estudiantes, que vestían una túnica blanca entera: una “sotana” larga hasta los pies, un pesado abrigo con capa, llamada “zamarra”, cerrada por una densa fila de botones, y el sombrero de ala ancha. En el de Santa María di Loreto enseñaron Francesco Durante, Francesco Provenzale y Nicola Porpora (imagen), que era un compositor y maestro de canto, de cuya escuela fueron célebres los más famosos “castrati” (castrados). Entre otros, destaca el nombre de Domenico Cimarosa. En la dirección del conservatorio siguieron otros maestros como Gaetano Veneziano, Nicola Acerbo, Pietro Bartilotti y Giuliano Perugino. Incluso el famoso Alessandro Scarlatti prestó sus servicios durante un mes, en 1689, como primer maestro. En el siglo XVIII se sumaron otros grandes maestros de la escuela musical napolitana: Francesco Mancini, Giovanni Fischietti, Gaetano Manna, Fedele Fenaroli y Pietro Antonio Gallo.

En 1806 el instituto se fusionó con el Conservatorio della Pietà dei Turchini y con el Conservatorio de Sant’Onofrio a Porta Capuana dando lugar al Real Colegio de Música, que en 1826 se convertirá en el actual Conservatorio de San Pietro a Majella.

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