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La Orden de los Clérigos Regulares de Somasca

La Orden de los Clérigos Regulares de Somasca, comúnmente llamados Somascos, fue fundada por Girolamo Emiliani (1486-1537). Miembro de la nobleza veneciana, Emiliani luchó por la República de San Marcos antes de dedicar su vida al servicio de los más pobres: en 1528 abrió un hospicio para huérfanos en la iglesia veneciana de San Basilio y comenzó a dedicarse a los enfermos en el hospital de los incurables. En torno a Emiliani se formó en poco tiempo una comunidad, en un principio llamada la Compañía de los siervos de los pobres, que se dedicaba al cuidado de los huérfanos y las prostitutas. Después de la primera aprobación por el nuncio papal Girolamo Aleandro (1535), fue el Papa Pablo III quien aprobó oficialmente la Compañía en 1540, mientras que Pío V la elevó a Orden regular en 1568. Los Clérigos Regulares de Somasca (nombre de la ciudad lombarda que se convirtió en el centro de la obra de la Orden) se confirmaron como una de las órdenes religiosas nuevas más importantes en el contexto de la Contrarreforma, cuyo objetivo no era sólo la asistencia a los pobres y a los necesitados, sino también la educación y la educación cristiana de los jóvenes. Desde la segunda mitad del siglo XVIII, los Somascos conocieron un fuerte período de crisis, que culminó con la supresión ordenada por el emperador José II y después por Napoleón Bonaparte.