El Via Crucis de Marsala
El Jueves Santo, en Marsala, tiene lugar la procesión de los Misterios. Aquí, a diferencia de la capital Trapani, donde durante varios siglos las escenas de la Pasión desfilaron por las calles de la ciudad en forma de maravillosos grupos escultóricos de madera, el Via Crucis se pone en escena al estilo de las antiguas Casazze, a través de una representación teatral con personajes vivientes. En otras palabras, en Marsala son los fieles los que hacen las escenas y los protagonistas del Calvario de Cristo. Para los que interpretan el Redentor se les asigna una máscara idéntica de cera. De los nueve episodios del Via Crucis de Marsala señalamos a aquellos que retratan a Jesús con los Apóstoles, la Captura, Jesús ante Pilatos y Herodes, el Ecce Homo, así como, por supuesto, el Calvario y la Crucifixión (que, avanzada la noche, cierra la representación sagrada). En la cola de la procesión desfilan los únicos elementos estatuarios de la procesión: los pasos de Cristo muerto (tumbado en una sábana blanca) y la Dolorosa. Hoy en día se puede visitar el museo creado por la Cofradía de Santa Ana, donde se exponen objetos y disfraces de la Pasión de Marsala. A tal hermandad se debe también el origen de la procesión (siglo XVIII). Al inicio, los papeles de Cristo y los demás protagonistas de la historia del Evangelio eran representados sólo por el clero y la nobleza. Con el tiempo, sin embargo, la puesta en escena se ha convertido en una cuestión de participación popular. Una novedad que ha transformado a la tradición del ritual. Desde los primeros años del siglo pasado, por otra parte, la representación también incluye algunos diálogos.