Los condes de Toreno y su palacio de Oviedo
Los Queipo de Llanos, Señores de Toreno y posteriormente condes, descienden por línea directa de Diego Rodríguez Muñoz, apodado por su fama “el Can”, uno de los nobles más importantes de las Asturias medievales. Uno de sus descendientes, Álvaro Alfonso se casó en el siglo XV con Aldara Rodríguez de Llano, su prima lejana, y a su vez, también, una descendiente de “el Can”. Estos fueron los padres de Lope Queipo Rodríguez, el primero en usar los dos nombres juntos. A finales del siglo XVI, uno de sus descendientes, Juan Queipo Tineo, señor de la Casa de Queipo, del castillo y de los pueblos de la Muñona y Montes Murielos, de los patronatos de San Juan de Vega y Santa María Rengos Xedred, alfier mayor y heredero de la ciudad de Cangas de Tineo y regidor perpetuo de su Consejo, se casó con otra prima, Catalina de Llano y Valdés, hija del señor de Salas. Estos dos matrimonios unieron las tierras de los Queipo, de los Llano y de los Valdés.
El Palacio de los condes de Toreno en Oviedo es obra del arquitecto Gregorio de la Roza, quien construyó el edificio entre 1673 y 1673 sobre encargo de la familia Malleza Dóriga. Está situado en el número 5 de la Plaza Porlier, en la capital de Asturias. Sus elementos más importantes son la fachada asimétrica, con una base de piedra, y el portal con columnas y escudos de armas dispuestos a ambos lados del balcón central. Completan el conjunto los nichos en forma de hendiduras, cinco balcones y diversas ventanas. El interior también cuenta con un patio con columnas toscanas y una escalera monumental de piedra a la derecha. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico y ha acogido a la sede de la Biblioteca Pública Provincial y el Archivo Histórico Provincial desde febrero de 1958 hasta noviembre de 1987. Actualmente alberga el Real Instituto de Estudios de Asturias (RIDEA), una organización fundada en 1946 con el objetivo de estimular la investigación y mejorar el patrimonio cultural y artístico de la región asturiana.