Las moradas en las ciudades capitales
Con la aparición o el crecimiento de las ciudades capitales, se difundió una práctica común entre los aristócratas; la de comprar una casa en la ciudad y residir en diversos meses del año. En el Reino de Nápoles, el fenómeno se impuso en el siglo XVI y la segunda mitad del siglo XVII, cuando casi todos los grandes nobles del reino tenían su residencia en Nápoles, en las calles principales, cerca de los lugares de poder. La casa en la ciudad se convirtió en un verdadero símbolo de estatus, y las formas de competencia entre la aristocracia llevaron a que cada hogar debía ser más ostentoso, rico y grande que los otros y debía ser construido por los más grandes arquitectos de la época. En el siglo XVIII los nobles vivían, ya de manera estable, en la capital en suntuosos palacios barrocos.