El ducado de Milán
El ducado de Milán, gobernado primero por la familia Visconti (desde 1395) y luego, desde 1450, por los Sforza, incluía buena parte de la actual Lombardía y algunas tierras de la Emilia. Durante las llamadas guerras de Italia, entre 1499 y 1529, los Sforza perdieron y recuperaron varias veces el Estado de Milán ocupado en diversas ocasiones por los franceses, hasta que en 1535, Carlos V (1500-1558) lo incorporó a sus dominios. Durante la dominación española, en la ciudad de Milán se confirmó el protagonismo de la silla arzobispal, a menudo en conflicto con los intereses de la Corona y, en algunos casos, con las propias directrices de Roma. Al principio, Carlos (1538-1584) y luego Federico (1564-1631) Borromeo fueron intérpretes prestigiosos del mecanismo y de la política eclesiástica contrarreformista, con una importante reorganización de la estructura diocesana. El monarca español Felipe II (1527-1598) intentó en vano introducir la Inquisición en el Estado de Milán (1563-1564), provocando la fuerte oposición de las instituciones locales. Durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), el Estado de Milán fue un centro neurálgico de la política militar española: su ubicación central en el tablero europeo lo convertían en un área de vital importancia para el paso de tropas y su abastecimiento. Durante la Guerra de Sucesión española (1701-1713), los austríacos conquistaron el ducado en 1706. Desde 1714, con el acuerdo de Rastadt, Milán pasó oficialmente a ser dominio de la dinastía imperial de los Habsburgo de Austria.
Leer más:
- D. Sella, Lo Stato di Milano in età spagnola, Turín 1987.
- G. Signorotto, Milano spagnola. Guerra, istituzioni, uomini di governo, 1635-1660, Milán 2001.