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Guerra de Mesina

En 1647, mientras Palermo y una parte de Sicilia se rebelaron contra España, Mesina se mantuvo leal a la Corona. En los años siguientes, sin embargo, la corte de Madrid trató de reducir la autonomía y las libertades de impuestos de Mesina, creando las condiciones favorables para una rebelión secesionista (1674-1678), que amenazaba con pasar a Sicilia a manos de los franceses. La facción autonomista del Senado de Mesina, llamada de los malvezzi, que contrastaba con el grupo legítimo y filo español de los merli, logró imponerse. El asedio de los españoles, sin embargo, obligó a los insurgentes a pedir la ayuda de los franceses (1673) y reconocer a Luis XIV (1638-1715) como su soberano (1675). El resultado fue una campaña militar (1674-1678), durante la cual los franceses trataron de tomar el control del este de Sicilia. Los españoles lograron frenar la revuelta, que estaba luchando por expandirse en otras ciudades, gracias a los desacuerdos entre mesineses y franceses. El alto costo de las expediciones y los escasos resultados esperados persuadieron a Luis XIV a firmar un tratado de paz con España, que preveía la retirada de las tropas francesas de la isla (que fueron seguidos por muchos exiliados mesineses). El regreso de los españoles, seguido de una represión moderada, marcó el final de los privilegios de Mesina. Las tropas españolas destruyeron los símbolos de poder de la ciudad y construyeron una fortaleza (la “ciudadela”) para prevenir y contrarrestar mejor las acciones futuras.

Para saber más:

  • F. Benigno, Lotta politica e sbocco rivoluzionario: riflessioni sul caso di Messina (1674-1678), in «Storica», 13(1999), pp. 7-56.
  • L.A. Ribot García, La monarquía de España y la guerra de Mesina (1674-1678), San Sebastián de los Reyes 2002.