Catania
Fundada en el siglo VIII a. C. por colonos griegos provenientes de la región de Eubea, Catania fue sometida al largo dominio de Siracusa, antes de ser conquistada, como toda Sicilia, por los Romanos. Santa Ágata, patrona de la ciudad, fue uno de los mártires cristianos de la ciudad durante las persecuciones de Decio y Diocleciano. Con el paso de los siglos, Catania fue objeto de dominación de diversos pueblos que conquistaron y gobernaron Sicilia, viviéndose épocas de gran esplendor bajo los Normandos y los Aragoneses. Del reinado de Alfonso el Magnánimo (1394-1458) data el nacimiento de la Universidad, la más antigua de la isla (1434). En edad moderna, Catania era un centro de importancia secundaria en la Sicilia española, gobernada por el virrey. Durante el siglo XVII, también se vio afectada por dos grandes catástrofes naturales: en 1669 un gran flujo de lava del Etna invistió parte de la ciudad, mientras que en 1693 el terrible terremoto que destruyó el sudeste de Sicilia causó daños irreparables a la estructura urbana y al patrimonio artístico de Catania. La reconstrucción, llevada a cabo de acuerdo con el proyecto dirigido por el duque de Camastra, dio a Catania el aspecto barroco que todavía hoy es evidente, por ejemplo, en la Plaza del Duomo (foto), y en algunos de los edificios más importantes de la ciudad.