El proyecto de la reina Margarita de Austria: El Monasterio de la Encarnación
A escasos metros del Alcázar y comunicado con él por un pasadizo subterráneo, se encontraba el Real Monasterio de la Encarnación de Agustinas recoletas fundado por la reina Margarita de Austria. La intención de la reina al fundar un convento tan próximo al palacio fue la de acercar a los criados, y también a los cortesanos, la espiritualidad recoleta que ella practicaba. No obstante, de nuevo Margarita no pudo ver terminado el convento en 1616 por su prematura muerte en octubre de 1611. Lo que no cabe duda es que, con esta fundación, dejó asentada la espiritualidad de la corte durante la segunda mitad del reinado de Felipe III y todo el reinado de su hijo, Felipe IV, pues se convirtió en el lugar más importante para las mujeres de la corte, ya fueran de la realeza o de la nobleza, cuyas familias participaban de esa misma espiritualidad.
El proyecto de fundación de la Encarnación se gestó durante los años en que la corte se trasladó a Valladolid (1601-1606), donde la reina tuvo ocasión de conocer la espiritualidad recoleta a través de la madre Mariana de San JoséEsta religiosa agustina nació en Alba de Tormes y conoció a Santa Teresa de Jesús cuando Mariana todavía era una niña. Mariana de San José, antes de fundar por orden de la reina el convento de la Encarnación en Madrid, había fundado otros conventos de agustinas recoletas como los de Éibar (1603), Medina del Campo (1604), Valladolid (1606) y Palencia (1610)., primera priora del monasterio de la Encarnación. El diseño del edificio fue obra del arquitecto real Juan Gómez de MoraJuan Gómez de Mora (1586-1648) fue la figura más importante de la arquitectura española de la primera mitad del siglo XVII, punto de encuentro entre el arte renacentista y clasicista y el naciente gusto barroco. Sobrino de Francisco de Mora, fue nombrado en 1610 maestro mayor de obras del Alcázar madrileño. Su obra más importan fue, sin duda, la Plaza Mayor de Madrid, pero a su genio se debe también la Cárcel de Corte y la Casa de la Villa en Madrid y un colegio jesuítico, la Clerecía de Salamanca.. El complejo monacal forma un gran rectángulo en cuyo centro se situaba la Iglesia. El convento es de mampostería de pedernal con verdugadas de ladrillo mientras que la fachada es de piedra, en la que se dispone un pórtico de tres arcos con los escudos de los monarcas fundadores. Al igual que las Descalzas Reales, las estancias están decoradas con azulejos de Talavera de la ReinaSe trata de la cerámica que se fabrica en la ciudad de Talavera de la Reina (Toledo). Se compone de barro sacado del río Tajo que se decora con diferentes esmaltes. Desde época de Felipe II la esmaltada en color blanco y azul se incorporó en las paredes de muchos conventos y palacios – incluso El Escorial – y en numerosos objetos ornamentales como jarrones y vajillas. Es la cerámica más célebre en España y su ciudad basa buena parte de su economía en la venta de este material.. Existen dos salas dedicadas a la pintura en el Monasterio: una es la Sala de pintura y la otra es el Salón de Reyes en las que se conservan retratos de la familia real. Otra estancia a destacar es la Sala de esculturas que guarda una serie de Cristos de Gregorio Fernández. Por último, es preciso destacar el relicario de la Encarnación, construido por deseo expreso de los Austrias, con espléndidas vitrinas de madera que custodian una de las colecciones de relicarios más importantes de España, con reliquias y relicarios llegados de toda Europa durante el siglo XVII.