La Plaza de la Corredera de Córdoba
Otro ejemplo famoso de plaza mayor en el siglo XVII, se encuentra en la Plaza de la Corredera de Córdoba. Única plaza mayor cuadrangular de toda Andalucía, su construcción se concluyó en 1683 bajo la dirección del arquitecto Antonio Ramos Valdés. Actualmente se encuentra en el centro de la ciudad y utiliza los llamados “Arco Alto” y “Arco Bajo” como vías de entrada y salida. En la Edad Media, sin embargo, el lugar donde se encontraba era fuera de las murallas, que rodeaban la parte alta de la ciudad. Se remonta al siglo XVI el proyecto de construir una plaza cuadrangular en la zona que había servido como escenario de importantes actividades comerciales de Córdoba. Tras el decreto del rey Carlos I (emperador Carlos V), que autorizaba la celebración de un mercado semanal (1526), la plaza se utilizó como sede de este mercado. También fue utilizada para celebraciones especiales, como fue el caso de las celebraciones por la victoria de la flota española en Lepanto (7 de octubre 1571), o con motivo de los autos de fe del 2 de diciembre de 1625, del 21 de diciembre de 1627 y del 3 de mayo de 1655. En nombre del corregidor Francisco Ronquillo Briceño, en 1683 la plaza fue remodelada de acuerdo con el tamaño de un rectángulo de 113 metros de largo y 55 metros de ancho. A pesar del alto costo de las obras, aún no se completó y del perímetro de los edificios fueron sólo construidas las fachadas. Sujeta a varios cambios a lo largo de los siglos, la Plaza de la Corredera se mantuvo hasta el siglo XX, como centro de las actividades comerciales de la ciudad y fue utilizada, ocasionalmente, como lugar de ejecuciones públicas. Sin embargo, fue la celebración de las corridas de toros (la primera de las cuales sabemos que es de 1513) las que caracterizaron este espacio urbano, como lo demuestra el mismo nombre. Asimismo se colocó el Mercado de Sánchez Peña, utilizado en el pasado como palacio municipal y como prisión, y las Casas de Doña Ana Jacinta (siglos XVI-XVII). En cambio, fueron derribados tanto el Pósito, el antiguo granero público en el que se mantuvieron diversas reservas para el abastecimiento de la ciudad, como el edificio que acogía las funciones, construido a finales del siglo XIX y luego destruido en 1959.