La Ermita del Cristo de los Doctrinos sobre los cimientos del antiguo colegio jesuita
En 1543 vino a estudiar a la Universidad de Alcalá un discípulo de Ignacio de Loyola, el P. Francisco Villanueva. Durante su estancia, el P. Villanueva quiso establecer el que sería el primer colegio de la Compañía de Jesús fundado en España y para ello contó con la colaboración de importantes benefactores, que habían conocido a Ignacio de Loyola cuando residía en Alcalá, tales como doña Beatriz Ramírez, doña Mencía de Benavente y, especialmente, doña Leonor de MascareñasDoña Leonor de Mascareñas (1503-1584) fue dama de la corte madrileña que llegó a ser aya del príncipe Felipe, futuro Felipe II, y del príncipe don Carlos, además de ser camarera mayor de María de Austria. Conoció a Santa Teresa de Jesús, compartiendo la espiritualidad mística de su reforma carmelitana, lo que le llevó a fundar numerosos conventos descalzos, cercanos a la corte, además de ser benefactora de diversos colegios jesuitas., aya del monarca Felipe II. Alquilaron en 1546 un corral que coincide con el actual patio de la Ermita del Cristo de los Doctrinos, conocido entonces y ahora como “Corral de Mataperros”. Aquel corral había servido para dar alojamiento a los estudiantes pobres de la Universidad, no obstante, ya había sido abandonado cuando llegaron el P. Villanueva y sus compañeros para habitarlo. De esta manera dio comienzo el colegio jesuita, a pesar de que tan sólo permanecieron dos años en este corral a causa de la insalubridad de la zona. En este lugar, sede temporal de la Compañía, es donde hoy se alza la Ermita del Cristo de los Doctrinos, que conserva restos muy simbólicos de un barroco jesuita. Desde 1575 este lugar se convirtió en el “Seminario de Niños de la Doctrina” que educaba a niños huérfanos, creándose la cofradía del Cristo de los Doctrinos en 1661, que se convirtió en una de las cofradías más antiguas y veneradas de Alcalá.
En la plaza de los Doctrinos, además de la Ermita de los Doctrinos y de la fachada del templo conventual de Carmelitas del Corpus Christi del s. XVII, se encuentra una estatua moderna de Ignacio de Loyola, que recuerda el emplazamiento del antiguo colegio jesuita. El exterior de la Ermita es de estilo del aparejo toledano con cajones de mampostería entre hiladas de ladrillo que tanto caracterizó al barroco madrileño (foto). Al traspasar un breve zaguán, se llega a tres lugares: el corral de Mataperros, origen del antiguo colegio jesuita de Alcalá; el santuario que se detallará a continuación y la sacristía que se ha transformado en museo sacro con piezas barrocas de las Iglesias alcalaínas.
El interior de la Ermita de los Doctrinos, que era de estilo barroco, fue restaurado en 1702. Se compone de una sola nave y su altar alberga el famoso Cristo de los Doctrinos (foto), talla del escultor jesuita Domingo Beltrán, quien lo realizó entre 1587 y 1590, año de su fallecimiento en Alcalá. Este Cristo crucificado fue realizado por Beltrán para el altar mayor de la Iglesia del Colegio Máximo de la Compañía de Jesús (actual parroquia de Santa María en la calle de Libreros), pero tras la desamortización española de Iglesias y conventos de finales del s. XVIII, se trasladó a la Ermita de los Doctrinos. Es, sin duda, la mejor talla de madera que se conserva en Alcalá. El material que utilizó Beltrán para esta escultura fue madera americana de “satín”, y la ausencia de policromía resalta la elegancia y el color de la madera esculpida, que se ha oscurecido con el tiempo. Para la corona de espinas y el cabello del Cristo usó ébano. En esta talla se mezclan el clasicismo que aprendió el escultor de la imaginería italiana con un resquicio del manierismo de finales del s. XVI, que alarga la figura del Crucificado.