Francesco Borromini
Francesco Castelli, más conocido como Francesco Borromini (1599-1667) nació en Bissone, en el cantón del Tesino. Comenzó su actividad en Milán, donde trabajó como cantero para la construcción de la Catedral (Il Duomo). A finales de 1619 se marchó a Roma, donde se impuso como el autor de algunas de las obras maestras más originales del arte barroco. En contraposición al naturalismo y el historicismo de Bernini, Borromini se propuso refundar la arquitectura como una disciplina rigurosa, llena de tensiones éticas y significados simbólicos. Con sus obras introdujo nuevas “invenciones” espaciales, como la planimetría elíptica, la modulación de las paredes y la disposición escénica de las fuentes de luz. Entre sus obras maestras, destacan el San Carlino alle Quattro Fontane, el oratorio de los Filipinos, las iglesias de Sant’Ivo alla Sapienza y San Agnese en la Plaza Navona, el Palacio de Propaganda Fide, la cúpula y el campanario de Sant’Andrea delle Fratte. Por orden del Papa Inocencio X también trabajó en la restauración de la Basílica de San Juan de Letrán.