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Un ambicioso prelado y su pasión por el arte

FilomarinoAscanio Filomarino nació en Benevento en 1583 (o en Chianche en 1584), siendo el hijo mayor de una familia de la aristocracia del reino de Nápoles. Destinado a la carrera eclesiástica, se marchó a Roma en 1616 como maestro de ceremonias del obispo de Venafro Ladislao d’AquinoMiembro de una rama secundaria de la potente familia ducal, Ladislao d’Aquino (1546-1621) fue cameriere de Pío V, obispo de Venafro, nuncio apostólico en Suiza y en el Piamonte, gobernador de Perugia y, a partir de 1616, cardenal. Murió durante el cónclave en el que fue elegido Gregorio XV., recién nombrado cardenal por el Papa Paulo V. La carrera de Filomarino experimentó un gran impulso con la elección al papado en 1623 de Maffeo Barberini (Urbano VIII), de cuya amistad el joven Ascanio disfrutaba ya desde hacía varios años. Elegido cameriere segreto y dotado de una canonjía en la basílica liberiana, en 1625-26 acompañó al cardenal-nepoteLa expresión cardenal-nepote hace referencia a un cardenal creado por un papa su pariente, generalmente su tío. Si bien tal práctica conocida con el nombre de “nepotismo”, se utilizaba ya en época medieval, llegó a su máxima expresión en época moderna, hasta que Inocencio XII la prohibió expresamente en la bula de 1692 Romanum decet pontificem. En el interior de la corte papal, el cardenal-nepote desarrolló un papel de auténtico secretario de Estado, encarnando la correspondiente figura romana del valido, en boga, durante los siglos XVI y XVII, en las principales cortes europeas. Francesco BarberiniNacido en Florencia y conseguido el grado de doctor en utroque iure por la Universidad de Pisa, Francesco Barberini (1597-1679) vinculó su vida y su carrera a su tío Maffeo Barberini, elegido pontífice en 1623 bajo el nombre de Urbano VIII. En ese mismo año, Francesco fue hecho cardenal y durante todo el pontificado de su tío (1623-1644) acumuló cargos y riquezas. Situado en un segundo plano tras la muerte de Urbano, murió a los 82 años como decano del Sacro Colegio de Cardenales. Fue sepultado en la Basílica de San Pedro. en la legación de Francia y España. De vuelta a Roma, fue elegido canónigo de la Basílica vaticana y fue invitado a formar parte de diversas congregaciones eclesiásticas. El fuerte vínculo con Francesco Barberini, su patrón en los años romanos, le dio inspiración para escribir L’idea del favorito (La idea del favorito), breve tratado que escribió entre 1624 y 1633.

La presencia de más de veinte años en el contexto cultural romano y la pertenencia al círculo de los Barberini, en torno al cual giraban los más grandes artistas de la Roma barroca, permitió a Filomarino desarrollar una notable competencia artística y formar una de las colecciones más grandes de pinturas de su tiempo. Fue uno de los primeros coleccionistas de la obra de Nicolas Poussin, a quien ayudó económicamente en un período de dificultad para el artista. Entre sus cuadros también destacaban pinturas de Simon VouetSimon Vouet (1590-1649) nació y trabajó gran parte de su vida en París. Fundamental para su formación fue la larga estancia (1612-1627) que pasó en Italia, durante la cual entró en contacto con las principales corrientes artísticas de la península: el naturalismo caravaggesco, el cromatismo veneto y la escuela boloñesa de Guido Reni y de Guercino. Dirigió un importante taller parisino, tratando de adaptar su arte al gusto refinado de la corte de Luis XIII., Valentin de BoulogneDiscípulo de Simon Vouet y de Bartolomeo Manfredi, Valentin de Boulogne, o Jean Valentin (1591-1632) nació en Francia, pero se estableció en Roma a partir de 1612. Muy apreciado por el círculo de los Barberini y por los grandes coleccionistas de la época como Cassiano dal Pozzo y el cardenal Filomarino, sus obras tuvieron gran éxito incluso después de su muerte. Son célebres sus cuadros de temática profana, que reproducen con realismo vivaz los diversos personajes del pueblo., Annibale Carracci, Francesco AlbaniBoloñés de nacimiento, Francesco Albani (1578-1660) se formó con los Carracci, trabajando con ellos en Bolonia y sólo con Annibale en Roma. Influenciado por el arte de Guido Reni y siguiendo el modelo de Rafael, vivió el período de mayor esplendor en Roma, seguido de un lento declive a su vuelta a Bolonia., Pietro da Cortona, Guido Reni, Giovanni LanfrancoNacido cerca de Parma, Giovanni Lanfranco (1582-1647) trabajó en estrecho contacto con los Carracci y con Guido Reni entre Roma y Parma, desarrollando una mirada bastante personal entre los temas clásicos y las ideas barrocas. Fue fundamental su estancia en Nápoles (1634-1646), donde trabajó en importantes lugares como la Cartuja de San Martino, la Iglesia del Gesù y la Capilla de San Gennaro en la Catedral, representando un modelo en el paso del caravaggismo a la plena estación barroca napolitana., Domenico Zampieri llamado DomenichinoOtro exponente de la gran escuela de pintura boloñesa de la segunda mitad del siglo XVI, el Domenichino (1581-1641) tuvo el mismo recorrido de formación que Guido Reni y Francesco Albani: discípulo del manierista Calvaert, estuvo en contacto con los Carracci y, en particular, durante la estancia de formación romana con Annibale. Aunque siempre estuvo influenciado por los Carracci y del ideal clasicista, pasó progresivamente a un segundo plano ante el triunfo barroco de artistas como Giovanni Lanfranco. Murió en Nápoles, donde vivió sus últimos años., Artemisia GentileschiArtemisia Gentileschi (1597-1652) nació en Roma y se formó con su padre Orazio. Trabajó del 1614 al 1620 en Florencia, después de nuevo en Nápoles (1630-1652, salvo un breve periodo inglés en 1638-1639). Retomó y modificó más de una vez las obras de su padre, enriqueciéndolas con nuevos elementos. Contribuyó fuertemente a la evolución del gusto caravaggesco en Nápoles durante el siglo XVII. Entre sus obras, Judith y Holofernes (Florencia, Uffizi). y Giuseppe Cesari llamado el Caballero d’ArpinoGiuseppe Cesari, más conocido como el Caballero de Arpino (1588-1640) fue un pintor muy activo en Roma, especialmente durante el pontificado de Sixto V (1585-1590) y de Clemente VIII (1592-1605). Trabajó también en Nápoles y Frascati. En su taller trabajó también Caravaggio, con el que rompió más tarde su relación.. Filomarino también adquirió el San Francisco, una pintura de Caravaggio, que perteneció al cardenal Francesco Maria Del Monte, de la que hoy se ha perdido el rastro. La impresionante colección que constaba de más de 300 pinturas, fue desmembrada por los herederos de Filomarino, quienes vendieron algunos de sus cuadros y otros fueron rescatados del asalto del que fue objeto el Palacio Filomarino – ubicado en la Plaza de San Juan Mayor en Nápoles – durante la revuelta de 1799. Algunas de las piezas que formaban la colección permanecieron en la ciudad de Nápoles, es el caso, por ejemplo, de la Circuncisión y del Ángel con la lanza y la esponja, ambas de Simon Vouet, hoy conservadas en el Museo de Capodimonte.

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