El Bosque de Béjar: ¿villa de recreo o lugar de explotación económica?
El Bosque, además de ser la segunda residencia de los duques de Béjar y su jardín de descanso, permitió a los duques controlar económicamente las propiedades de alrededor y los boques y montes colindantes. En época barroca se documenta todo un conjunto de pleitos entre los duques y la población de Béjar por el control de los recursos naturales. Los reyes no tenían en Béjar capacidad fiscal, estando en poder de los duques desde época medieval, lo que les convertía en dueños y señores de todo el territorio de Béjar, incluida su población. Cuando a finales del siglo XVI decidieron levantar la villa de recreo, que todavía hoy se puede contemplar, la valla que levantaron en el lugar penetró en la zona boscosa, donde el duque iba a cazar y llegó a crear un criadero de gamos y ciervos, obligando a la población de Béjar a llevar alimento a dichos animales. Asimismo, los duques de Béjar prohibían la entrada a cualquier persona a esta zona boscosa, impidiendo el avituallamiento de madera para la población de Béjar que proporcionaba este lugar que antes era de beneficio común. A lo que se añadió las diversas intervenciones de los duques de Béjar, durante el siglo XVII, en el curso natural del arroyo denominado Garganta del Oso, para reconducir el cauce de sus aguas para mantener su villa de El Bosque, y así poder llenar su estanque, hacer funcionar sus fuentes y regar los árboles y jardines, lo que dejó al pueblo de Béjar con escasa cantidad de agua. El pleito por el territorio y el agua entre el pueblo de Béjar y los duques se alargó durante años, fallando en favor de los duques en virtud de los antiguos privilegios medievales. Esta misma regalía medieval de la que gozaban los duques sirvió para que consiguieran el dominio absoluto sobre la nieve -y sus rentas- de la Sierra de BéjarLa Sierra de Béjar es un sistema montañoso que se extiende en la provincia de Salamanca en Castilla y León. Está ligada a la villa de Béjar que es el centro urbano principal de esta zona. Es una sierra muy arbolada, con una gran variedad de castaños. De esta sierra desciende el Río Cuerpo del Hombre, afluente del Tajo., y para prohibir la pesca de truchas en el arroyo. Esta apropiación de la naturaleza colindante era una práctica bastante común en las villas de recreo; baste recordar el ejemplo la villa napolitana de PoggiorealeEra una villa a la afueras del recinto amurallado de la ciudad de Nápoles, hoy completamente desaparecida. Alfonso II la mandó construir en el último tercio del siglo XV, siguiendo el modelo de las villas florentinas, y gozando de gran esplendor durante su reinado. No obstante, a partir de 1494, con el abandono de la villa por parte de Alfonso II tras la invasión francesa, este lugar se vendió en varias ocasiones a diversos propietarios y se fue abandonando poco a poco hasta no quedar rastro de la que fue una de las villas cortesanas más ricas de Nápoles., con Alfonso II de NápolesDe la dinastía aragonesa, el rey Alfonso II (1448-1495) tan sólo gobernó dos años el reino de Nápoles (1494-1495) debido a la invasión francesa por parte de Carlos VIII de Francia. Años antes, había proyectado durante el reinado de su padre Fernando I, la creación de una gran villa de recreo para la familia real en la localidad de Poggioreale, donde destacaba el amplio jardín y las abundantes fuentes. obligando a reconducir las aguas y extendiendo sus posesiones en forma de jardines y parques hasta llegar al mar.
De esta manera, la villa de recreo de los duques de Béjar se convertía en algo más que un lugar de descanso, mucho más complejo, con connotaciones de poder y de control sobre los recursos naturales. Y es que la abrupta zona, en medio de Sierras montañosas, no permitía el cultivo, pero sí una explotación forestal de los montes de castaño. Otro recurso más rentable era el aprovechamiento pecuario, de manera que, durante el siglo XVII, los duques mantuvieron extensas propiedades que antes eran de uso comunal, para criar un gran número de reses de ganado y comenzar así la industria del textil, que tanta fama ha acompañado a la ciudad de Béjar durante siglos. No es de extrañar, por tanto, que el palacio de esta villa no se erija en disposición lateral con respecto al eje de la zona urbana y de la fortaleza-residencia de los duques, sino que se posicione de frente al bosque y a la sierra nevada, para un mejor control de estos recursos naturales.
Es preciso comprender la importancia de esta villa de recreo a la italiana, que no sólo sirvió para el ocio de los ZúñigaEl linaje nobiliario del apellido Zúñiga es originario de los reyes de Navarra. Los Zúñiga estuvieron al servicio de la corona hispana como embajadores, arzobispos, consejeros, militares, etc. Por su parte, los monarcas les investieron como Grandes de España. Ostentaron, entre otros títulos, el ducado de Béjar y el condado de Miranda., sino también para mantener su poderío a través de toda una explotación económica de sus propiedades.