Reyes Católicos
Fernando II de Aragón (1452-1516) e Isabel I de Castilla (1451-1504) se casaron el 19 de octubre de 1469 en Valladolid. Su matrimonio confirmó la unión dinástica de los dos reinos, aunque mantuvieron ordenamientos y administraciones independientes. Fernando e Isabel fueron miembros de la Casa de Trastámara, descendientes de Juan I de Castilla, y para unirse en matrimonio necesitaron la dispensa papal de Sixto IV. Otro pontífice, Alejandro VI, les confirió el título de “Reyes Católicos”. Durante su reinado sucedieron algunos eventos de importancia fundamental: el descubrimiento de América (1492) y el final del centenario proceso de la Reconquista, que se terminó con la derrota del último reino musulmán en la Península Ibérica, el reino nazarí de Granada (1492). De gran calado para la historia de España fue también la decisión de expulsar a los judíos (1492) y proceder a las conversiones forzadas de miles de musulmanes identificados como Moriscos. El confesor de los Reyes Católicos, el dominico Tomás de Torquemada, fue el primer Inquisidor General encargado de la Inquisición española. Entre sus hijos, el único varón, el príncipe Juan, murió antes que sus padres (1497) y así fue Juana, casada con Felipe I de Habsburgo, quien asumió el legado de los Reyes Católicos. Del matrimonio entre Juana y Felipe nacería el futuro emperador Carlos V (1500-1558).
Para leer más:
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E. Belenguer Cebrià, Fernando el Católico. Un monarca decisivo en las encrucijadas de su época, Barcelona 2001.
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A. Alvar Ezquerra, Isabel la Católica. Una reina vencedora, una mujer derrotada, Madrid 2004.
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E. Belenguer Cebrià, Ferdinando e Isabella. I Re Cattolici nella politica europea del Rinascimento, Roma 2001.