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La Procesión del Viernes Santo en Chieti

La antigua procesión del Viernes Santo de Chieti, es la más importante de los Abruzos, y está organizada por el Sacro Monte de los Muertos. Se trata de una asociación laica afiliada a la prestigiosa cofradía romana Muerte y Oración, creada en la capilla adjunta a la cripta de la catedral de San Giustino: un oratorio finamente decorado al estilo barroco con el tema de la Pasión, que alberga la estatua policromada del Cristo Muerto y de la Virgen (ambas protagonistas de la procesión sagrada). En 1855, la “Archicofradía” encargó el artista local Raffaele del Ponte (1813-1872) los siete símbolos que representaban las escenas más significativas de la Pasión, que en Chieti son llamados Trofeos: la Columna, el Santo Rostro, La Escalera, la Cruz, la Piedra, la Lanza de los soldados romanos y el Ángel con el cáliz de la Pasión. Trofeos, incluso hoy en día, que preceden a las efigies del Cristo Muerto y la Dolorosa en la procesión sagrada del Viernes Santo. La procesión se llevó a cabo, durante mucho tiempo, por la mañana, por orden regia, para evitar disturbios. Hoy, sin embargo, comienza a la puesta del sol. Francesco Saverio Selecchy (1703-1788) es el autor del famoso Miserere que acompaña el ritmo lento de los fieles y penitentes. Abre la procesión el estandarte de la Archicofradía (con una gran calavera en el centro bordado en oro), seguido por la imagen de la Muerte derrotada por los siete símbolos de la Pasión (circundados por los miembros de otras cofradías teatinas). Cierra el desfile sagrado el féretro del Cristo Muerto (una escultura de madera de la escuela napolitana del siglo XVIII, colocada sobre terciopelo damascado bordado en oro y plata, realizado a principios del siglo XIX y restaurado un siglo más tarde) y la imagen de Nuestra Señora de los Dolores del siglo XIX. Ambas llevadas a hombros por los cofrades del Sacro Monte de los Muertos (que visten una túnica y capuchón negro y capa dorada), precedidas por el cuerpo eclesiástico. Los grupos y las estatus desfilan acompañados de los “valletti” vestidos con hábitos del siglo XVIII. El ritmo procesional está marcado por la troccola (un instrumento de madera que reemplaza al sonido de las campanas). En el desfile teatino actual, desfilan cofrades con capirotes pertenecientes a una docena de agrupaciones, los caballeros del Santo Sepulcro y la Schola Cantorum de la Catedral. En el pasado, la competición entre las distintas agrupaciones, en ocasiones, se tradujo en los desacuerdos sobre el papel de cada una y sobre las precedencias.

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