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El recorrido de la Procesión del Viernes Santo de Chieti

Definido por Gabriele d’Annunzio como una “fuente de lágrimas” e inmortalizada en una espléndida pintura de Francesco Paolo Michetti, la procesión del Cristo Muerto de Chieti avanza todavía hoy tras las huella de un antiguo recorrido ritual (que parte de la plaza de la Catedral y atraviesa dos veces el empedrado del elegante corso Marrucino), señalando con un cruz prospectiva el espacio urbano. La procesión de Chieti es un ejemplo de aplicación de los dictados de la Contrarreforma en materia de ritos extra-litúrgicos, lo que se hace evidente en la cristalización de las escenas de la Pasión en los grupos escultóricos y la limitación del protagonismo de los fieles. A pesar de todo, sin embargo, conserva el encanto de los antiguos dramas litúrgicos y reserva un lugar de honor a la conmoción de los fieles. La antigüedad de la procesión del Viernes Santo y la historia secular de la Archicofradía del Sacro Monte de los Muertos han atraído la atención de la UNESCO, la Agencia de la Naciones Unidas responsable de descubrir las piezas que componen el Patrimonio inmaterial de la humanidad.